Trabajo practico nº5 La Desconfianza.

Haciendo referencia a la crisis de desconfianza en que se encuentran inmiscuidos los partidos políticos, nos referimos a que una causa muy importante que explica ello está relacionada con la acción de los medios de comunicación de masas y, más específicamente, con la imagen de la política y de los políticos que construyen y transmiten dichos medios de comunicación. Esta no es la única causa, pero sí una causa de primera magnitud que explica buena parte de las raíces en las que se asienta el deterioro de la política a los ojos de los ciudadanos. El análisis de la relación entre la confianza en los políticos y las instituciones políticas y el papel de los medios de comunicación no debe hacernos olvidar que la imagen que los ciudadanos de las democracias actuales tienen sobre los políticos y las instituciones proviene en buena medida de las informaciones y juicios ofrecidos por los medios de comunicación. Básicamente, cabe destacar que los políticos y los partidos se relacionan con los ciudadanos a través de los medios de comunicación. Y que los medios de comunicación no se limitan a ser un mero canal aséptico de transmisión de informaciones, sino que tienen una enorme influencia en ese proceso.
Algunos autores apuntan a la crisis de las instituciones políticas representativas y a la deslegitimación de los estados-nación como el motor de arranque para la expansión de los medios de comunicación como principales actores de la política. La imagen televisiva se pone al servicio de la construcción de una nueva credibilidad en la representación política. Se produce un traslado del proceso de formación de la opinión pública de las instituciones políticas al ámbito de la comunicación.
Al decir de Villafranco Robles, Citlali “Los medios de comunicación operan como mediadores entre la sociedad y el poder en un lugar que antes correspondía a los partidos políticos. El resultado es que la política se ha desplazado a la arena mediática como forma legítima de comunicación con los electores, generando una democracia mediática"
Por su parte, José Eduardo Jorge en un análisis a partir de encuestas nacionales y regionales llevadas a cabo, relata que el desarrollo de los medios masivos que acompañó el proceso de industrialización permitió que la información política, antes reservada a las clases más pudientes, se volviera accesible para todos los estratos y grupos sociales. Los ciudadanos se encuentran hoy mucho mejor preparados para la acción política autónoma que los de la era industrial. Cinismo, apatía, desconfianza y caída de la participación política son sólo parte de la historia. Mientras disminuye la participación política convencional, aumentan las formas no convencionales y autodirigidas de activismo, como los movimientos sociales. Las nuevas formas de participación se dirigen a temas específicos –protección del medio ambiente, derechos de la mujer, de las minorías sexuales, etc – y se apoyan en grupos ad hoc más que en organizaciones burocráticas establecidas. En realidad, el interés por la política aumenta, pero en otras direcciones, menos convencionales. En cambio, la pérdida de credibilidad de las instituciones políticas es un hecho real, motorizado por el rechazo a las formas tradicionales de autoridad y por las dificultades que encuentran esas instituciones para responder a las nuevas demandas.
Otras de las causas que provocaron la caída o el deterioro de la imagen de la política se pueden deber a:
• los ciudadanos de las democracias están cada vez más informados sobre la política. Los ciudadanos son mucho más exigentes con las instituciones públicas y someten a un minucioso análisis todas sus actuaciones.
• El desarrollo del Estado de bienestar en los países desarrollados ha dado lugar a la formación de un ciudadano acostumbrado a que la responsabilidad de la solución de los problemas recaiga en el Estado y no en los individuos. Tanto la solución como el origen de los problemas son situados en el Estado, en las instituciones públicas, y todas las exigencias de responsabilidad se dirigen a esas instituciones.
• El desarrollo de la democracia y de los derechos democráticos, y, más específicamente, el proceso electoral en el que los partidos dependen para su supervivencia de los votos de los ciudadanos, han traído consigo otro efecto paradójico, la formación de un ciudadano exigente con los políticos, acostumbrado al papel de cliente, del cliente que siempre tiene razón.
Todas estas causas tienen relevancia y deben ser tenidas en cuenta para entender la crisis de la política en unas sociedades en las que el sistema democrático está más desarrollado que nunca, dónde los derechos políticos de los ciudadanos han alcanzado un desarrollo nunca conocido hasta la actualidad, pero en las que, sin embargo, dichos ciudadanos no se encuentran satisfechos con el funcionamiento de sus instituciones y, sobre todo, no se encuentran satisfechos con los responsables de esas instituciones.
Esta situación antes planteada encuentra una buena parte de su explicación en el papel de los medios de comunicación y en su transmisión de una determinada imagen de la política y de los políticos. ¿Cuál es esta imagen? La imagen predominante transmitida de la política asocia a ésta con los intereses partidistas o grupales, no sociales, con la corrupción, con el mal uso de los fondos públicos, con la ineficacia. La imagen predominante de los políticos, por su parte, los presenta como seres ambiciosos, dispuestos a cualquier acción con tal de conservar el poder, centrados en sus propios intereses y en los de sus partidos y no en los intereses de los ciudadanos. El político no sería un servidor público sino una persona al servicio de sus propios intereses privados y personales, obsesionado por el poder y capaz de cualquier acción para conseguir o conservar ese poder.
Los medios de comunicación se otorgan a sí mismos el papel de vigilantes de las acciones de los políticos, vigilantes del poder y de sus abusos, y, sobre todo, defensores de los intereses de los ciudadanos. Como intermediarios, los medios se presentan como no poder, como simples vigilantes del poder real. Además, los medios reivindican su condición de independientes, de las ideologías y de los intereses. Y piensan, además, que son el lugar de la realización de la razón y de transmisión de la verdad.
Los medios, por lo tanto, han asumido el papel de defensores de los ciudadanos frente a los políticos y los partidos políticos, y la importancia de su misión se legitima a los ojos de los ciudadanos en su necesidad para defender a esos ciudadanos de los abusos y de los peligros que emanan del poder político, de los partidos políticos y de los políticos. La virtud de los medios se fundamenta, por lo tanto, en la maldad de la política y de los políticos.
El aumento de la confianza en los medios de comunicación deviene en que los ciudadanos necesitan a los medios de comunicación en la medida en que necesitan de alguien que les defienda de los abusos del poder político. Y en la medida en que el poder político se deteriora, la misión de los medios se afirma y tiende a perdurar en el tiempo.

FUENTE:
-IMPACTO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOBRE EL INTERÉS Y EL ACTIVISMO POLÍTICO DE LOS ARGENTINOS - José Eduardo Jorge.