TRABAJO PRACTICO N°3

DE LA ESPECTACULARIZACION AL PERIODISMO CIVICO

La cuestión planteada en este texto por su autor, el Dr. Rendón, es que el periodismo, principalmente el político, está en un momento de "crisis", donde ya no se respetan las estructuras tradicionales del programa informativo, sino que han creado lo que el denomina el "info-entretenimiento", estructuras en las cuales el eje no esta puesto en la noticia en si sino es aspectos secundarios si se quiere de la misma.
También señala a los ciudadanos como responsables de este resultado; ya sea desde el punto de vista de los jóvenes, que no se encuentran identificados a través de los noticieros; ya desde el punto de vista de los adultos que se muestran cansados de escuchar promesas. De esta manera, prefieren sintonizar series de ficción, novelas, programas de espectáculos, para evadir la realidad en la que se encuentran inmersos.
Así, los programas informativos, con el propósito de captar la atención del público, elaboraron diferentes mecanismos, en donde la vida privada y la intimidad de las personas ya no es terrenos prohibido, la noticia se vuelve un espectáculo, donde el periodista no tema a inmiscuirse en sentimientos o rela ciones personales de sus entrevistados dejando de lado el objeto peincipal de la noticia .También se señala en el texto, que los periodistas tratan de buscar culpables, sin esperar evaluaciones y análisis técnicos, conjeturan y señalan quienes son los responsables, los buenos o los malos, quiénes los héroes y quienes los personajes secundarios. .
La experiencia demuestra que la ruta de la espectacularización no asegura sostener los niveles de popularidad que genera inicialmente. La novedad, el sensacionalismo, lo impactante y llamativo ataren en un principio la atención, pero inmediatamente después los espectadores se retiran tan rápido como llegaron.
En coincidencia con lo expuesto, Lipovetsky, filósofo y sociólogo francés, señala que los medios convierten a la política en espectáculo, destacando hechos secundarios, atentando contra la vida privada, haciendo y deshaciendo arbitrariamente los hechos, superficializando los espíritus y diciendo cualquier cosa.
No solamente consumimos objetos y películas, sino también la actualidad escenificada.
Uno de los rasgos más claros de esta espectacularización de la información es la tendencia de cubrir tanto la vida política y los actos de gobierno como las campañas electorales, desde la óptica de competencias deportivas o cualquier otra actividad recreativa que los mismos realizan.
La personalización (acento en los individuos), la dramatización (tratamiento de la política como espectáculo o competencia deportiva) y la fragmentación (presentación de los hechos de forma apresurada), son los tres aspectos que podemos identificar como constitutivos de la espectacularización en los medios.


MEDIOS, POLITICA Y DEMOCRACIA

Mauro Cerbino pone de relieve que estas tres dimensiones (medios, política y democracia) se encuentran unidas de forma tal que no podemos considerar a ninguna de ellas sin el concurso de las otras.
De lo que pueso inferir del texto, y a diferencia del anterior, Cerbino, presenta una postura invertida en la que los medios de comunicación delegan responsabilidad de las transformaciones del quehacer político en la actualidad, a partir de lo cual los ellos deben asumir un papel diferente. Él dice que parece observarse que se exagera el papel de los medios, asignándoles una capacidad de influencia absoluta, sobre todo en las decisiones; superar esto significa plantear la cuestión de la mediapolítica como un medio que permite pensar en las nuevas formas de participación y control ciudadano, y a su vez, éstas formas remiten directamente al tema de la construcción de la democracia en los momentos actuales.
Desde comienzos de los años ´80, se puede hablar de una transformación radical de la política, que puede ser definida como el aparecimiento de una pospolítica. Se trata de un escenario cuyos mecanismos de funcionamiento sustituyen las tradicionales formas de la política y ponen en el centro de la contienda el paradigma de la administración eficiente. Así, los políticos en vez de representarse en programas, estrategias e ideologías definidas se transforman en personajes, asumiendo un papel de héroes o de hombres comunes que son exitosos y carismáticos. Consecuencia de esto es la denominada “egocracia” que se traduce en n régimen de lucha basado en la exhibición de un yo gigantesco, en la autoevaluación de las cualidades individuales y en la consecuente desvalorización o incluso interiorización de los otros adversarios.
Amplias multitudes se entregan a un individuo y confían plenamente en él sin interrogar acerca de sus planes y programas elaborados desde valores compartidos, un ejemplo citado por el autor en el texto es el triunfo de Silvio Bernusconi en Italia, donde su principal argumento de campaña fue su exitosa administración al frente de sus empresas personales.
Cerbino reafirma que es equivocado endosar a los medios de comunicación la responsabilidad de haber empobrecido la política y asumiéndola como un espectáculo más para el entretenimiento de los televidentes. Hay que tomar conciencia que la pospolítica es la que se presta para ser espectacular izada por los medios.
La pospolítica se mediatiza en el momento en el que no encuentra otros medios alternativos de comunicación y en el que por su perdía d profundidad ideológica y empobrecimiento de contenidos busca vedettizarse en función de las lógicas ya preponderantes en los medios. Se puede decir que es la política la que se ha espectacularizado y que este fenómeno encuentra una coincidencia en la tendencia dominante en los medios (sobre todo televisivos) de producir programas que apelan a lo emocional y a transformar cualquier acontecimiento en un show.
La política usa a los medios para dirigirse a los sectores indecisos de la población con producciones mediáticas de impactos visuales emotivos tendientes a convencer de manera similar a la comercial.

OPINION PÚBLICA Y DEMOCRACIA .
El presente trabajo pretende dar cuenta de dos miradas contrapuestas que tratan de explicar el fenómeno de la opinión pública: el modelo normativo de Habermas y el modelo psicosocial de Noelle-Neumann. Estos modelos parten de supuestos distintos y, por esta misma razón, difieren radicalmente en sus definiciones de la realidad social en la que este fenómeno opera
Encontramos en la teoría habermasiana una crítica feroz al abordaje empírico con el cual se ha encarado el fenómeno de la opinión pública durante este siglo. Para él, las mediciones cuantitativas conducen a una posición acrítica que tiende a echar de lado el sentido general más amplio del fenómeno y sus dimensiones ético-políticas. Frente a esta opción, Habermas no asume simplemente el concepto ideal y mítico de opinión pública elaborado por el liberalismo, Pretende redescubrir un nuevo paradigma de LO PÚBLICO y la OPINIÓN PÚBLICA que sirva como prueba –o como denuncia en caso de ausencia-, de que la sociedad es verdaderamente democrática". La opinión pública se erige como garante de la democracia.
El modelo psicosocial elaborado por Noelle-Neumann ha sido desarrollado ampliamente por la autora en su hipótesis de la Espiral del Silencio. Para ella, la opinión pública es definida como esa especie de censura que se observa a través del control social que de manera natural todos los individuos de una sociedad tienden a reconocer intuitivamente. Podemos encontrar una gran coincidencia entre los planteamientos de Noelle-Neumann acerca del control social con los de Emile Durkheim acerca del consenso y la cohesión. Para él, el individuo se encuentra sujeto por una conciencia pública que ata y restringe las posturas de los individuos en la sociedad. De esta manera, la hipótesis de la Espiral del Silencio se basa en la idea del miedo al aislamiento social. La principal preocupación de Noelle-Neumann es identificar cómo se forma la opinión pública en el marco de una sociedad que castiga a los individuos que no piensan como la mayoría. La hipótesis de la Espiral del Silencio señala que los individuos realizan una constante supervisión del entorno, de tal suerte que son plenamente conscientes acerca de cuáles opiniones son "políticamente correctas" o van "ganando terreno".