trabajo practico n° 4

Los medios como nuevo espacio público y los comunicadores como nuevos actores políticos
Para el desarrollo de esta temática el doctor Del Barco toma el período comprendido entre los años 1983 y 2006 mostrando diferentes hitos que dejaron a la vista el cambio en la lógica del fenómeno político, su escenario y protagonistas, mostrando como los medios de comunicación pasan de ser transmisores de información política, a ser el escenario en el cual se lleva a cabo esta actividad.
Como hito novedoso surge el marketing político, reflejado en las propuestas y la actividad partidaria que debe adaptarse a las reglas de este nuevo escenario en el que sólo hay lugar para mensajes cortos, de gran impacto o frases "esperanzadoras" y gran importancia del formato mediático que impone las reglas del espectáculo a la política y la necesidad de la presencia continua de los actores políticos en los escenarios públicos.
Redescubrimiento de la democracia (1983-1987)
Con el retorno de la democracia resurge en la ciudadanía la idea de participación en la política y de interés por la misma, esperanzada en el poder de la democracia no sólo como forma de gobierno sino como ideal de vida.
Internacionalmente existe una revalorización de los sistemas democráticos, con una participación activa, dinámica e interesada del ciudadano.
En este periodo se inicia el uso del marketing político donde sus actores siguen las reglas del espectáculo.
Enfrentamiento con las dificultades:
Con el correr de los años, se sucedieron cinco elecciones de gran trascendencia política, mostrándose cada vez más ágil el uso de los medios y estos toman rápidamente conciencia de su poder.
La campaña política del año 1989 fue de alto impacto mediático imponiéndose la lógica del espectáculo y la personalización de las campañas políticas.
Se imponen nuevas reglas dentro de la vida política estableciéndose que todo aquello que no transcurre en los medios no existe, se deben transmitir mensajes breves e impactantes donde el espectáculo nunca debe estar ausente.
Los medios se convierten en actores políticos siendo los receptores elegidos para destinar los mensajes y reclamos de la ciudadanía remplazando al representante institucional específicamente establecido para tal fin.
Continuidades y rupturas (1995-2001)
el acaecimiento de diversos hechos que debilitaron instituciones y partidos políticos y el surgimiento de una nueva forma de hacer política trasladada a los medios de comunicación, hicieron que el ciudadano depositara su confianza en estos medios masivos transformándolos en nuevos actores políticos. Es ahora en ellos en quienes los ciudadanos depositan sus demandas con la expectativa de obtener una solución.
La marcada crisis política, debilitamiento de las instituciones y el re-elección marcan el declive de las instituciones.
En el año 2001, la situación de descontento social se vuelve insostenible terminando con el mandato del presidente De la Rúa.
Aparecen los votos blancos y anulados como manifestación del voto bronca junto con un gran crecimiento y profundización del marketing político.
Crisis y consecuencias:
Entre cacerolazos y piquetes se produce el default más traumático de la historia.
Los resultados electorales eran conocidos de antemano y publicados por los medios por encuestas.
Surgen alianzas y diferentes modificaciones dentro de los partidos políticos.
Los actores políticos se legitiman por su aparición mediática y luchan por lograr su permanencia.
La crisis del 2001 devolvió al ciudadano a la plaza, manteniéndose el escenario mediático y el rol de os medios de comunicación.
Vemos como con el correr de los años se trasladó la política al escenario mediático, se redefinieron las reglas del "juego político", se debilitaron las instituciones políticas y el debate; y la ciudadanía valora otras cualidades más superficiales e impactantes en los candidatos transformándose la política en una competencia por la imagen y el buen discurso carente de significado o contenido alguno.

Legitimación del poder y libertad de expresión
El artículo comienza planteando el interrogante de cómo se justifica, que siendo todos iguales, sea uno solo el que ejerza el poder sobre los demás ciudadanos. Dicho interrogante fue objeto de estudio de la filosofía política, planteándose tres respuestas a dicha pregunta.
La primera considera que el poder nunca se justifica. El planteamiento anarquista establece que todo gobierno sería por definición injusto, opresor, por lo cual, si todos somos iguales, no resulta admisible que alguien destaque e intente imponer su voluntad a los demás. La solución para el régimen es que las soluciones que preocupan a todos se tomen en conjunto, en régimen asambleario, dándole la posibilidad a quien no esté conforme con la decisión tomada por el grupo, de abandonar el mismo.
La segunda respuesta declara que el poder se justifica por el miedo. El Gobierno dispone de todos los recursos de manera que el que infringe la ley se expone a un castigo.
La tercera respuesta afirma que el poder se justifica cuando es legítimo, lo cual requiere esclarecer el concepto de legitimidad, siendo el objetivo de las democracias modernas el regular de una forma más o menos imparcial el acceso al poder para luego, en virtud del procedimiento establecido, el nuevo gobernante tome posesión, trabaje y dedique el tiempo y esfuerzo necesarios para cumplir de la manera más eficiente su función.
Tanto platón como Kant analizaron esta temática y coincidieron que la mejor forma de hallar políticos preparados y honestos es la casualidad.
Kan propone un criterio simple para satisfacer a un gobierno que aspira a una verdadera justicia: libertad de expresión, libertad de emigración y libertad de cambiar las leyes.
Si bien existe un deber de obedecer al soberano también existe el derecho de criticarlo, la prensa libre es necesaria para el correcto funcionamiento de la democracia evitando el secretismo o la falta de debates.
La actual concentración empresarial y la proximidad de estos grupos al gobierno ha disminuido el pluralismo afectado la libertad de expresión.


¿La libertad de expresión está en peligro?
La libertad de expresión es siempre frágil, una conquista arrancada con mucho esfuerzo a los poderosos y nunca está asegurada para siempre, siendo una de las causales que los medios se prestan al juego del poder consecuencia de alianzas con políticos y empresarios.
En los países europeos como americanos las principales cadenas de noticias están en manos de poderosos grupos económicos lo que altera la credibilidad de lo que se publica y el prestigio del medio.
Se advierte una importante reducción del consumo de la prensa escrita, quedando relegada para adultos mayores.
Los jóvenes prefieren utilizar la prensa digital para informarse y los espacios aparentemente liberales que brinda internet de manera aparentemente marginal.
Los medios informativos se limitan a reproducir comunicados de gobierno, de partidos políticos o de diferentes actores sociales sin elaborar nada de lo que se publica concibiéndose como un sometimiento indigno ante la censura del gobierno de turno que actúa libremente acosando judicialmente y con creciente violencia a los periodistas que emiten opiniones personales.
La creencia de que el acceso a las redes da voz y voto a los ciudadanos crea una ilusión perfecta de libertad de expresión sin detenerse a pensar que cada comunicado no solo esta vigilado por los administradores del sitio de publicación sino por el propio gobierno.