MEDIOS,POLITICA Y DEMOCRACIA- LUQUE MARIA LAURA

TP Nº3: medios, política y democracia

En el texto sobre medios, política y democracia, se cita el cambio de la política a la post política actual, realizando un análisis sobre la influencia de la empresa de los medios sobre la política y la opinión publica sin llegar a concebir su influencia absoluta en la política.
Introduce la idea de media ciudadana como una forma de participación y control ciudadano, siendo su rol a desarrollar el de mediador entre la política y la opinión publica para fortalecer la democracia.
En esta pos política surgida en la década de los 80, la imagen de los actores políticos y periodistas (egocracia) son los fundamentos de la política donde se agiganta la personificación de los políticos donde los ciudadanos se muestran como identificados con estos, con sus logros y cualidades personales.
De esta forma termina siendo la política un show donde cada acontecimiento se agiganta o desaparece en un corto periodo de tiempo sin analizarse la realidad como un fenómeno complejo resultante de múltiples causa.
La opinión pública se muestra desinteresada por formar una opinión crítica especialmente en la juventud donde se afirma un desencanto por la política y un desconocimiento de la realidad social.
En los sondeos de opinión, aparece la opinión pública mediatizada, en la cual la ciudadanía ya no tiene una participación activa cayendo en la manipulación de la realidad social y política teniendo en cuenta que los medios actuales siempre apuestan por algún candidato tratando de formar parte del poder sacando alguna ventaja o desprestigiando en aquellos casos que no se condigan con sus intereses.
En las redes sociales se muestra un realidad mas alentadora, la participación ciudadana ve con ojos más críticos los actos de la política, donde no solo se trata de mostrar, sino también hacer una política eficiente que está más al alcance de todos los ciudadanos, los cuales pueden “juzgar” como se realizan las tareas administrativas de los distintos espacios gubernamentales.
Como reflexión final el artículo invita a repensar el rol de los medios de comunicación como mediadores de la realidad reconstituyendo el ejercicio de un pensamiento crítico político sobre lo polémico de la escena publica.

LA DEMOCRACIA MEDIATICA Y LA ESPECTACULARIZACION DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION
Para un correcto funcionamiento de las instituciones no se debe empezar por analizar como deben controlarse los medios de comunicación sino, mas bien, en como funcionan las instituciones políticas.
Si estas funcionaran correctamente no existiría problema alguno pero la realidad demuestra lo contrario y la normalidad de las cosas hace que esta ineficacia sea achacada a los medios por poner en evidencia los defectos del sistema.
Actualmente la ciudadanía a adoptado como costumbre recurrir a los medios para resolver sus conflictos ante la desconfianza que existe en los funcionarios e instituciones haciendo surgir la idea de medios todopoderosos.
La idea de medio estatal supone el reflejo de todas las voces sin censura previa pero en la práctica latinoamericana solo la voz gubernamental es la que se refleja.
En argentina existe un oligopolio de medios de comunicación, donde los medios dejan de cumplir su función de control gubernamental para transformarse en medios de poder en muchos casos absolutos. (La ciudadanía se informa y participa atreves de los medios de comunicación)
Como consecuencia directa, si los medios de comunicación muestran a las instituciones como poco creíbles o débiles se genera una reacción de desconfianza que refuerza la confianza en los medios que es donde acuden los ciudadanos para hacer oír sus reclamos.
En relación al texto sugerido, me pareció muy concreta la definición de Dominique Wolton, quein entiende la comunicación política como “el espacio [ámbito comunicativo] en el que se intercambian los discursos contradictorios [objeto] de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política, y que son los políticos, los periodistas y la opinión pública a través de los sondeos" [sujeto].
Pueden identificarse dos tendencias contrapuestas en la concepción de la comunicación política: la que llamaremos conciben a los medios de comunicación como los “democratizadores” por excelencia del poder (democracia centrada en los medios), proponen escenarios renovados acerca de la acción política y la participación democrática: la mediatización es la condición de (o al menos facilita) aquélla y hace posible (o al menos amplía) ésta. En esta visión, si bien los medios tienen un lugar central en las sociedades modernas, no sustituyen al sistema político: “le permiten existir”. mediófoba (en la lógica de “la tiranía” delos medios sobre la política)
En esta visión, los medios subordinan al sistema político (si es que directamente no lo destruyen) y la que podríamos denominar mediófila (en sentido de “las bondades” de los mass media para la política) esta corriente conciben a los medios de comunicación como los “democratizadores” por excelencia del poder (democracia centrada en los medios), proponen escenarios renovados acerca de la acción política y la participación democrática: la mediatización es la condición de (o al menos facilita) aquélla y hace posible (o al menos amplía) ésta. En esta visión, si bien los medios tienen un lugar central en las sociedades modernas, no sustituyen al sistema político: “le permiten existir”.
Resulta incuestionable que la acción de los medios está acentuando la transformación de la política –desfigurándola– en, al menos, tres direcciones:
a) Su personalización:
La política, más que terreno de los partidos o de la sociedad, aparece como un escenario de pugna entre personajes o, mejor, entre sus imágenes en cuya creación (o destrucción) tienen mucho que ver los medios. En tal lógica, es más decisiva la identificación afectiva con el personaje que el compromiso político con la ideología, o programa, que aquél representa.
b) Su espectacularización:
La acción mediática (sobre todo a través de la “videopolítica”) conduce a la política, y sobre todo a los procesos electorales, al terreno del espectáculo, donde importan más las imágenes que las ideas, más las emociones que la razón, menos los programas políticos que las consignas, menos los argumentos que las “grandes verdades”, mas el cómo se dice que el qué se dice...
c) Su sustitución:
“el mediador, el comunicador, acaba suplantando al político”, no sólo en términos de que el periodista o el líder de opinión mediática lleguen atener más credibilidad e influencia que un legislador, sino en otro sentido más profundo: “el político va interiorizando la función comunicativa hasta vivir de la imagen que proyecta más que de las ideas u objetivos del partido que representa”. La videopolítica sustituye a la política tanto como el consumidor (televidente) desplaza al ciudadano (Martín Barbero, 1999: pp. 49-50).Pero hasta aquí hemos discurrido en torno a la influencia de los medios de comunicación masiva en el sistema político bajo el supuesto de que tanto aquéllos como éste son unidades similares en todo espacio territorial y momento histórico-político. Por ello, más allá de los supuestos contextuales que pueden asumirse: globalización económica, democratización política, diferenciación social y pluralización cultural podríamos introducir un criterio de distinción que nos permita discriminar posibilidades de influencia de la comunicación mediatizada en el terreno de la política. Esa distinción tiene que ver con el nivel de institucionalización tanto del complejo mediático como de los sistemas político y de partidos en una Nación-Estado determinada.
Si asumimos –con Huntington (1990) – que la institucionalización es “el proceso por el cual adquieren valor y estabilidad las organizaciones y procedimientos”, el nivel de institucionalización puede definirse de acuerdo a los siguientes cuatro criterios:
a) Adaptabilidad-Rigidez:
Cuanto más adaptables y menos rígidos son las organizaciones y procedimientos, mayor es la institucionalización; y viceversa.
b) Complejidad-Simplicidad:
Cuanto más compleja es una organización más elevado es su nivel institucional; y cuanto más simple, menos institucionalizada
.c) Autonomía-Subordinación:
La institucionalización puede ser evaluada también por la medida en que las organizaciones y procedimientos políticos existen con independencia de otros agrupamientos y métodos de conducta sociales.
d) Coherencia-Desunión:
Una organización está más o menos institucionalizada en proporción directa con su grado de unificación y coherencia. Convendremos en que las organizaciones y los procedimientos (tanto políticos como informativos) que sean más adaptables, complejos, autónomos y coherentes,
Tendrán un mayor nivel de institucionalización que aquellos otros que sean más rígidos, simples, subordinados y desunidos.


DE LA ESPECTACULARIZACION AL PERIODISMO CIVICO
Desde siempre la política tuvo un dejo de espectáculo pero en la actualidad la política se ha transformado en un espectáculo en si misma perdiendo su sustancia y otorgándoles a los medios un valor y rol muy diferente al de épocas anteriores.
El Dr. Rendón, en su texto de periodismo político afirma un momento de "crisis", donde ya no se respetan las estructuras tradicionales del programa informativo, sino que han creado lo que el denomina el "info-entretenimiento".
Analizando el problema desde el punto de vista de los jóvenes, estos no se encuentran identificados a través de los noticieros; y desde el punto de vista de los adultos que se muestran cansados de escuchar promesas. De esta manera, prefieren sintonizar series de ficción, novelas, programas de espectáculos, para evadir la realidad en la que se encuentran inmersos.
Así, los programas informativos, con el propósito de captar la atención del público, elaboraron diferentes mecanismos, en donde la vida privada y la intimidad de las personas ya no es terrenos prohibido, la noticia se vuelve un espectáculo, donde el reportero no teme a interpelar a familiares, víctimas directas de un accidente o cualquier otro siniestro, de hurgar en sus sentimientos y sus reacciones. Es como si la actitud espontánea del otro, el entrevistado, fuera la noticia primordial, el motivo de la entrevista, cuando en realidad lo que tendría que importar es la razón o causa por la cual la persona se encuentra en ese estado.
Los periodistas tratan de buscar culpables, sin esperar evaluaciones y análisis técnicos, conjeturan y señalan quienes son los responsables y buscan en los políticos, en los candidatos electorales, las respuestas rápidas y fáciles, las soluciones radicales y definitivas en poco tiempo.
La experiencia demuestra que la ruta de la espectacularización no asegura sostener los niveles de popularidad que genera inicialmente. La novedad, el sensacionalismo, lo impactante y llamativo ataren en un principio la atención, pero inmediatamente después las audiencias se retiran tan rápido como llegaron.
En coincidencia con lo expuesto, Lipovetsky, filósofo y sociólogo francés, señala que los medios convierten a la política en espectáculo, destacando hechos secundarios, atentando contra la vida privada, haciendo y deshaciendo arbitrariamente los hechos, superficializando los espíritus y diciendo cualquier cosa.
No solamente consumimos objetos y películas, sino también la actualidad escenificada.
Uno de los rasgos más claros de esta espectacularización de la información es la tendencia de cubrir tanto la vida política y los actos de gobierno como las campañas electorales, desde la óptica de competencias deportivas o carreras de caballos.
La personalización (acento en los individuos), la dramatización (tratamiento de la política como espectáculo o competencia deportiva) y la fragmentación (presentación de los hechos de forma apresurada), son los tres aspectos que podemos identificar como constitutivos de la espectacularización en los medios.
Cerbino reafirma que es equivocado endosar a los medios de comunicación la responsabilidad de haber empobrecido la política y asumiéndola como un espectáculo más para el entretenimiento de los televidentes. Hay que tomar conciencia que la pospolítica es la que se presta para ser espectacular izada por los medios.
La pospolítica se mediatiza en el momento en el que no encuentra otros medios alternativos de comunicación y en el que por su perdía d profundidad ideológica y empobrecimiento de contenidos busca vedettizarse en función de las lógicas ya preponderantes en los medios. Se puede decir que es la política la que se ha espectacularizado y que este fenómeno encuentra una coincidencia en la tendencia dominante en los medios (sobre todo televisivos) de producir programas que apelan a lo emocional y a transformar cualquier acontecimiento en un show.
La política usa a los medios para dirigirse a los sectores indecisos de la población con producciones mediáticas de impactos visuales emotivos tendientes a convencer de manera similar a la comercial.

Temas fusionados.