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Trabajo Práctico Nº 2
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Trabajo Práctico Nº 2
TRABAJO PRACTICO Nº 2: CIUDADANIA. Concepto y clases.
Alumna: Anabel Rensini.
La ciudadanía es la expresión de pertenencia que una persona tiene en una sociedad determinada de la que forma parte. El término ciudadanía puede ser definido como un status jurídico y político otorgado a los miembros de la comunidad de manera absoluta. Supone la igualdad de los individuos, donde cada ciudadano es titular de derechos, tales como votar y ser votado, ser participe de actividades colectivas del Estado, como así también de deberes, es decir, cumplir con el ordenamiento jurídico en general.
El término ciudadanía no ha sido estático, por el contrario, ha ido evolucionando de la misma manera que lo ha hecho la sociedad. En la civilización griega, la organización política se centraba en la ciudad, que era un verdadero Estado, solo era considerado ciudadano a quien formaba parte de la polis, y eran quienes participaban discutiendo asuntos públicos, incluyendo en esta categoría solo a los varones, excluyendo a mujeres, esclavos y extranjeros.
En Roma, con el cristianismo se le otorga al hombre una dimensión trascendente, donde el individuo tiene primacía sobre toda la colectividad. Solo es ciudadano, el nacido de un matrimonio de ciudadanos romanos, y por lo tanto posee derecho y deberes. En el año 212 D.C., se les otorga esta calidad a las personas no nacidas en Roma y se extiende esta idea a las demás provincias. Esta concepción romana de “ciudadano- sujeto de derechos”, es el antecedente para la concepción moderna de ciudadanía.
La construcción de la ciudadanía supone un proceso de institucionalización social, donde se distinguen tres fases. La primera, ciudadanía civil, surge en el siglo XVIII, en un Estado liberal, donde el hombre es considerado el centro del ordenamiento jurídico, quien debe facilitar el desarrollo y ejercicio de las libertades individuales. En esta etapa se constituyen los derechos civiles, reconociéndole al sujeto la libertad de pensar y actuar.
La segunda fase se origina en el siglo XIX, denominada ciudadanía política, donde se le otorga al sujeto un mayor protagonismo en la vida política, es decir, se vislumbra un mayor sentido de pertenencia y participación, capacidad para ser representante y representado.
La tercera fase, en el siglo XX, surge la ciudadanía civil, propia del Estado de bienestar, caracterizado por el reconocimiento de los derechos sociales, con el fin de constituir un modelo de convivencia basado en la idea libertad e igualdad.
De estas tres fases se vislumbra un proceso convergente de institucionalización, de extensión y compresión de derechos y deberes para el ciudadano, incorporando nuevos espacios para la inclusión y desarrollo del mismo.
Desde la segunda mitad del siglo XX, se produce una crisis política y en las instituciones tradicionales vigentes en el Estado social de derechos, producto de la centralización del Estado, cambios en los partidos políticos y nuevos movimientos sociales. Esta crisis conlleva además a la reformulación del concepto de ciudadanía, donde aparecen nuevos actores (por ejemplo medios de comunicación), que producen modificaciones y fragmentaciones a nivel social y político respecto del modelo tradicional y la creación de nuevos espacios para la construcción de la ciudadanía, ampliando las demandas y creando nuevos derecho.
Alumna: Anabel Rensini.
La ciudadanía es la expresión de pertenencia que una persona tiene en una sociedad determinada de la que forma parte. El término ciudadanía puede ser definido como un status jurídico y político otorgado a los miembros de la comunidad de manera absoluta. Supone la igualdad de los individuos, donde cada ciudadano es titular de derechos, tales como votar y ser votado, ser participe de actividades colectivas del Estado, como así también de deberes, es decir, cumplir con el ordenamiento jurídico en general.
El término ciudadanía no ha sido estático, por el contrario, ha ido evolucionando de la misma manera que lo ha hecho la sociedad. En la civilización griega, la organización política se centraba en la ciudad, que era un verdadero Estado, solo era considerado ciudadano a quien formaba parte de la polis, y eran quienes participaban discutiendo asuntos públicos, incluyendo en esta categoría solo a los varones, excluyendo a mujeres, esclavos y extranjeros.
En Roma, con el cristianismo se le otorga al hombre una dimensión trascendente, donde el individuo tiene primacía sobre toda la colectividad. Solo es ciudadano, el nacido de un matrimonio de ciudadanos romanos, y por lo tanto posee derecho y deberes. En el año 212 D.C., se les otorga esta calidad a las personas no nacidas en Roma y se extiende esta idea a las demás provincias. Esta concepción romana de “ciudadano- sujeto de derechos”, es el antecedente para la concepción moderna de ciudadanía.
La construcción de la ciudadanía supone un proceso de institucionalización social, donde se distinguen tres fases. La primera, ciudadanía civil, surge en el siglo XVIII, en un Estado liberal, donde el hombre es considerado el centro del ordenamiento jurídico, quien debe facilitar el desarrollo y ejercicio de las libertades individuales. En esta etapa se constituyen los derechos civiles, reconociéndole al sujeto la libertad de pensar y actuar.
La segunda fase se origina en el siglo XIX, denominada ciudadanía política, donde se le otorga al sujeto un mayor protagonismo en la vida política, es decir, se vislumbra un mayor sentido de pertenencia y participación, capacidad para ser representante y representado.
La tercera fase, en el siglo XX, surge la ciudadanía civil, propia del Estado de bienestar, caracterizado por el reconocimiento de los derechos sociales, con el fin de constituir un modelo de convivencia basado en la idea libertad e igualdad.
De estas tres fases se vislumbra un proceso convergente de institucionalización, de extensión y compresión de derechos y deberes para el ciudadano, incorporando nuevos espacios para la inclusión y desarrollo del mismo.
Desde la segunda mitad del siglo XX, se produce una crisis política y en las instituciones tradicionales vigentes en el Estado social de derechos, producto de la centralización del Estado, cambios en los partidos políticos y nuevos movimientos sociales. Esta crisis conlleva además a la reformulación del concepto de ciudadanía, donde aparecen nuevos actores (por ejemplo medios de comunicación), que producen modificaciones y fragmentaciones a nivel social y político respecto del modelo tradicional y la creación de nuevos espacios para la construcción de la ciudadanía, ampliando las demandas y creando nuevos derecho.
Anabel Rensini- Fecha de inscripción : 03/09/2012
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