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trabajo num 3 segunda parte
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trabajo num 3 segunda parte
TRAS LAS HUELLAS DE LA DEMOCRACIA MEDIATICA( José Luis Exeni)
El autor sostiene que tanto las sociedades como la política, la función del gobierno y el poder están cada vez más mediatizados. Al hablar del gobierno de los medios, aclara que es necesario saber distinguir entre: sostener que hay una estrecha relación entre el poder político y los medios de comunicación y por otro lado, asegurar que los medios ejercen por si mismos un poder, o contrapoder. Con relación a esto distingue tres niveles: * uso de los medios: información como instrumento del poder * efectos de los medios: en este sentido, tendrían la capacidad de influir en las acciones y decisiones del poder político * gobierno de los medios: los actores políticos se ocuparían del ejercicio del poder político.
Otro de los ejes fundamentales de su análisis, es conocer que se entiende por comunicación política, es decir, toda comunicación que se relaciona con/ influye en/ tiene por objeto/ la política. A partir de esta definición surgen dos posturas: *mediófoba: para la misma, la mediatización disgrega, degrada a la política y sustituye o al menos contrae a la democracia * mediófila: concibe a los medios como democratizadores por excelencia del poder, siendo necesarios para la acción política y la participación ciudadana.
Estas posturas son fundamentales, porque reflejan la ideología de la sociedad acerca de la relación entre los medios de comunicación, la política y la democracia, si bien el autor sostiene que no puede haber posiciones absolutas para todo el bloque de los medios de comunicación.
Se considera, en esta indiscutible relación, que los medios transforman la política, en al menos 3 direcciones: personalización, espectacularización y sustitución (ya explicadas al desarrollar los textos de otros autores).
Con respecto a los sujetos, hay una doble transición: los medios pasan de ser testigos informáticos, a ser protagonistas políticos, dejan de ser mediadores para pasar a ser verdaderos y nuevos actores; por otro lado los políticos profesionales dejan de serlo para convertirse en comunicadores permanentes, preocupados en su imagen mediática.
Y es en relación a estos sujetos, que aparecen distintos bloques de acción, político, mediático y público, y distintos niveles, individual, organizacional, y sistemático. Pero, a pesar de esta clasificación, la comunicación tiende a restringirse en dos actores (políticos y periodistas), generándose entre ellos distintas tácticas o estrategias:
* Táctica de la rivalidad, estrategia de competencia: modelo de conflicto
* Táctica del intercambio, estrategia de cooperación: modelo de mutua dependencia. La producción de información política es una labor conjunta
* Táctica de la complicidad, estrategia de colusión: modelo de alianzas
Cuando la intermediación, es decir, la articulación de dos o más parte de una relación, es efectuada por los medios, se produce lo que se conoce como mediatización. Y lo que el autor se pregunta es si la misma es un síntoma o un detonante de la crisis de representación ciudadana. Esto depende de la postura que se tenga: los mediófobos consideran que los medios reemplazan a la representación política y los mediófilos sostienen por el contrario, que los mismos la hacen posible.
Hay dos funciones importantes de los medios en la actualidad: La mediatización y la creación de la agenda mediática. Los medios establecen un criterio de importancia de los asuntos públicos, que tiende a influir tanto en el sistema político como en el clima de opinión pública. No solo eligen los temas, si no que establecen la manera en que los mismos van a ser interpretados.
Es así que la agenda creada por los medios influye, como ya se ha dicho, en el sistema político, pero a su vez la misma está condicionada por este último, es decir, los aspectos de preocupación y demanda por los actores sociales tienden a dirigirse a los medios para poder por esta vía llegar al sistema político, quien a su vez responde en función de la presión de la agenda mediática.
Todos estos cambios y las nuevas relaciones entre los medios y la política ha llevado a pensar a la democracia con un nuevo adjetivo: DEMOCRACIA MEDIATICA., caracterizada por:
* Una nueva elite
* Elección inducida por la imagen el electorado participa reactivamente.
* No es necesario una coincidencia entre la expresión electoral y la percepción (no electoral) de los asuntos y temas públicos
* Nuevo protagonista: existencia del “votante flotante” y un nuevo foro: los medios de comunicación.
DE LA ESPECTACULARIZACIÓN AL PERIODISMO CÍVICO (Dr. José Carlos Lozano Rendón)
El autor advierte que particularmente el periodismo político está en graves problemas. El público joven se aleja por falta de identificación con el periodismo tradicional, y el más adulto, por el cansancio que les genera la información sobre la política y el gobierno en las condiciones actuales.
Habla de un nuevo producto del noticiero televisivo: el info-entretenimiento, cuyo objetivo es recuperar los niveles perdidos de audiencia. Este nuevo género se caracteriza, principalmente, por la espectacularización y el sensacionalismo de la noticia, que se transmite sobre cualquier consideración ética y profesional. La noticia se presenta al público como películas o programas de televisión: el recurso a los efectos especiales, la provocación del llanto, la búsqueda de villanos y de héroes, el protagonismo exacerbado de periodistas y reporteros.
El fenómeno de la normalización:
Con el término ‘normalización’ el autor alude al fenómeno de dar a los problemas estructurales más profundos, más complejos de la sociedad, respuestas rápidas y fáciles, declaraciones simplistas y promesas contundentes de políticos, como si con ello todo volviese a la normalidad, como si fuera un final feliz de una película, donde tampoco faltan héroes o heroínas. El resultado es la decepción final del público al ver que no existen tales soluciones mágicas, que nada fue resuelto, que todo sigue igual.
Se trata de un género televisivo que es llamativo pero que rápidamente desencanta al público.
La vida política como espectáculo:
En una cita al filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky, el autor refleja cómo se degrada la democracia y se convierte en espectáculo la vida política, y destaca que “lo que presentan los medios de comunicación, comprometidos en una competencia comercial permanente, es una mezcla de neutralidad y de sensacionalismo, de objetividad y de espectacularidad.”
Como rasgos de esta espectacularización de la información menciona la tendencia de cubrir la vida política del país como si fueran competencias deportivas, que desplazan el perfil ideológico de los funcionarios o candidatos.
El marketing aparece como director del sistema político actual, poniendo énfasis en la imagen sobre la sustancia, en la personalidad sobre los temas, en el tiempo que cumplir sobre el diálogo comprensible y en cambios tecnológicos que alteraron la forma en que se comunica.
Las cadenas de comunicación, pertenecientes a corporaciones, ajustan la noticia al presupuesto que cumplir, dejando fuera de la agenda la cobertura de temas significativos.
Los elementos de la espectacularización:
1. Personalización. Se refiere al acento en los individuos, a la lucha entre personalidades públicas, lo cual ocasiona una descontextualización de los problemas y el ocultamiento de fenómenos estructurales.
Los medios informativos terminan por plantear un escenario donde el énfasis se encuentra en la competencia entre hombres, equipos, personalidades y no en planes de gobierno, actos o propuestas concretas o posiciones ideológicas y partidistas. Adicionalmente a la cobertura de los funcionarios y los candidatos en los telediarios se da simultáneamente un énfasis en los sondeos de opinión como instrumentos fundamentales para representar en los medios la competencia entre ellos, la llamada "carrera de caballos".
2. Dramatización. Se refiere al tratamiento de la política como espectáculo o competición deportiva, apelando a las emociones y no la razón. Los candidatos, de esta forma, planean actividades pensadas específicamente para los medios, los llamados "pseudoeventos", ya que no existirían sin la presencia de los reporteros y las cámaras de televisión. También aceptan participar en programas cómicos o de variedades, con tal de llegar al público televisivo, aceptando las reglas del juego impuestas por esos géneros y sus productores.
3. Fragmentación. Consiste en la presentación de hechos y asuntos en forma de "información cápsula" ("sound bites" en su término en inglés), acorde al ritmo rápido exigido por los medios audiovisuales. Al igual que la personalización, esta característica genera descontextualización y falta de visión integral y estructural de los problemas, propiciando un énfasis en los "eventos", no en los "procesos".
Matices y desafíos:
1. No simplificar, dramatizar o trivializar para sobrevivir en el mundo de la información instantánea y fragmentada de la comunicación por red.
2. Proporcionar junto con la noticia, datos, pistas, consejos y explicaciones que le permita al lector tomar decisiones personales y obtener de ello un beneficio para la vida diaria.
3. Dar mayor atención e importancia a la sociedad civil. Centrarse mayoritariamente e fuentes gubernamentales y oficiales provoca la pérdida de interés y de credibilidad en un gran porcentaje de los lectores o los televidentes. La prensa debe verse a sí misma como un foro para la expresión de los intereses ciudadanos. Se trata de que el periodista iberoamericano contemporáneo se vea a sí mismo como agente, defensor y promotor del desarrollo social y comunitario.
Se trata de que el periodista voltee a ver a sus lectores y sus audiencias y los convierta en actores directos de la noticia, convirtiéndolos en fuentes, acudiendo a entrevistarlos, a investigar sus puntos de vista y opiniones, en lugar de dejarlos relegados en el papel de público pasivo.
4. Investigar sobre gustos y grados de satisfacción de lectores o televidentes, sobre lo que hay y lo que falta en contenidos. Así el medio obtendrá mayor penetración, aceptación y prestigio.
Conclusión del autor:
Observa que el periodismo ya no proporciona información y análisis para que los ciudadanos conozcan lo que sucede, sino que reproducen diálogos cifrados entre elites; que el periodismo debería prestar menos atención a los poderes políticos, el mercado y las celebridades, y voltear hacia su fuente de legitimidad y verdadera audiencia, la sociedad civil.
En cierta medida lo han hecho en las secciones no tradicionales, y han detectado los verdaderos intereses.
El periodismo, en particular el político, no está sirviendo actualmente para lo que ha sido su misión fundamental: proporcionar información y análisis a los ciudadanos para que estos conozcan lo que ocurre en su entorno y sepan cómo reaccionar adecuadamente a ello.¿Para qué debería de servir entonces? El periodismo, ya sea el electrónico o el impreso deberían prestar menos atención a los poderes de la política y el mercado, a las celebridades y los actores de la élite y voltear la mirada hacia donde está la fuente de su legitimidad y su verdadera audiencia: la sociedad civil. No se trata de rechaza todas las fórmulas y estrategias del infoentretenimiento y la ficción.
El autor sostiene que tanto las sociedades como la política, la función del gobierno y el poder están cada vez más mediatizados. Al hablar del gobierno de los medios, aclara que es necesario saber distinguir entre: sostener que hay una estrecha relación entre el poder político y los medios de comunicación y por otro lado, asegurar que los medios ejercen por si mismos un poder, o contrapoder. Con relación a esto distingue tres niveles: * uso de los medios: información como instrumento del poder * efectos de los medios: en este sentido, tendrían la capacidad de influir en las acciones y decisiones del poder político * gobierno de los medios: los actores políticos se ocuparían del ejercicio del poder político.
Otro de los ejes fundamentales de su análisis, es conocer que se entiende por comunicación política, es decir, toda comunicación que se relaciona con/ influye en/ tiene por objeto/ la política. A partir de esta definición surgen dos posturas: *mediófoba: para la misma, la mediatización disgrega, degrada a la política y sustituye o al menos contrae a la democracia * mediófila: concibe a los medios como democratizadores por excelencia del poder, siendo necesarios para la acción política y la participación ciudadana.
Estas posturas son fundamentales, porque reflejan la ideología de la sociedad acerca de la relación entre los medios de comunicación, la política y la democracia, si bien el autor sostiene que no puede haber posiciones absolutas para todo el bloque de los medios de comunicación.
Se considera, en esta indiscutible relación, que los medios transforman la política, en al menos 3 direcciones: personalización, espectacularización y sustitución (ya explicadas al desarrollar los textos de otros autores).
Con respecto a los sujetos, hay una doble transición: los medios pasan de ser testigos informáticos, a ser protagonistas políticos, dejan de ser mediadores para pasar a ser verdaderos y nuevos actores; por otro lado los políticos profesionales dejan de serlo para convertirse en comunicadores permanentes, preocupados en su imagen mediática.
Y es en relación a estos sujetos, que aparecen distintos bloques de acción, político, mediático y público, y distintos niveles, individual, organizacional, y sistemático. Pero, a pesar de esta clasificación, la comunicación tiende a restringirse en dos actores (políticos y periodistas), generándose entre ellos distintas tácticas o estrategias:
* Táctica de la rivalidad, estrategia de competencia: modelo de conflicto
* Táctica del intercambio, estrategia de cooperación: modelo de mutua dependencia. La producción de información política es una labor conjunta
* Táctica de la complicidad, estrategia de colusión: modelo de alianzas
Cuando la intermediación, es decir, la articulación de dos o más parte de una relación, es efectuada por los medios, se produce lo que se conoce como mediatización. Y lo que el autor se pregunta es si la misma es un síntoma o un detonante de la crisis de representación ciudadana. Esto depende de la postura que se tenga: los mediófobos consideran que los medios reemplazan a la representación política y los mediófilos sostienen por el contrario, que los mismos la hacen posible.
Hay dos funciones importantes de los medios en la actualidad: La mediatización y la creación de la agenda mediática. Los medios establecen un criterio de importancia de los asuntos públicos, que tiende a influir tanto en el sistema político como en el clima de opinión pública. No solo eligen los temas, si no que establecen la manera en que los mismos van a ser interpretados.
Es así que la agenda creada por los medios influye, como ya se ha dicho, en el sistema político, pero a su vez la misma está condicionada por este último, es decir, los aspectos de preocupación y demanda por los actores sociales tienden a dirigirse a los medios para poder por esta vía llegar al sistema político, quien a su vez responde en función de la presión de la agenda mediática.
Todos estos cambios y las nuevas relaciones entre los medios y la política ha llevado a pensar a la democracia con un nuevo adjetivo: DEMOCRACIA MEDIATICA., caracterizada por:
* Una nueva elite
* Elección inducida por la imagen el electorado participa reactivamente.
* No es necesario una coincidencia entre la expresión electoral y la percepción (no electoral) de los asuntos y temas públicos
* Nuevo protagonista: existencia del “votante flotante” y un nuevo foro: los medios de comunicación.
DE LA ESPECTACULARIZACIÓN AL PERIODISMO CÍVICO (Dr. José Carlos Lozano Rendón)
El autor advierte que particularmente el periodismo político está en graves problemas. El público joven se aleja por falta de identificación con el periodismo tradicional, y el más adulto, por el cansancio que les genera la información sobre la política y el gobierno en las condiciones actuales.
Habla de un nuevo producto del noticiero televisivo: el info-entretenimiento, cuyo objetivo es recuperar los niveles perdidos de audiencia. Este nuevo género se caracteriza, principalmente, por la espectacularización y el sensacionalismo de la noticia, que se transmite sobre cualquier consideración ética y profesional. La noticia se presenta al público como películas o programas de televisión: el recurso a los efectos especiales, la provocación del llanto, la búsqueda de villanos y de héroes, el protagonismo exacerbado de periodistas y reporteros.
El fenómeno de la normalización:
Con el término ‘normalización’ el autor alude al fenómeno de dar a los problemas estructurales más profundos, más complejos de la sociedad, respuestas rápidas y fáciles, declaraciones simplistas y promesas contundentes de políticos, como si con ello todo volviese a la normalidad, como si fuera un final feliz de una película, donde tampoco faltan héroes o heroínas. El resultado es la decepción final del público al ver que no existen tales soluciones mágicas, que nada fue resuelto, que todo sigue igual.
Se trata de un género televisivo que es llamativo pero que rápidamente desencanta al público.
La vida política como espectáculo:
En una cita al filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky, el autor refleja cómo se degrada la democracia y se convierte en espectáculo la vida política, y destaca que “lo que presentan los medios de comunicación, comprometidos en una competencia comercial permanente, es una mezcla de neutralidad y de sensacionalismo, de objetividad y de espectacularidad.”
Como rasgos de esta espectacularización de la información menciona la tendencia de cubrir la vida política del país como si fueran competencias deportivas, que desplazan el perfil ideológico de los funcionarios o candidatos.
El marketing aparece como director del sistema político actual, poniendo énfasis en la imagen sobre la sustancia, en la personalidad sobre los temas, en el tiempo que cumplir sobre el diálogo comprensible y en cambios tecnológicos que alteraron la forma en que se comunica.
Las cadenas de comunicación, pertenecientes a corporaciones, ajustan la noticia al presupuesto que cumplir, dejando fuera de la agenda la cobertura de temas significativos.
Los elementos de la espectacularización:
1. Personalización. Se refiere al acento en los individuos, a la lucha entre personalidades públicas, lo cual ocasiona una descontextualización de los problemas y el ocultamiento de fenómenos estructurales.
Los medios informativos terminan por plantear un escenario donde el énfasis se encuentra en la competencia entre hombres, equipos, personalidades y no en planes de gobierno, actos o propuestas concretas o posiciones ideológicas y partidistas. Adicionalmente a la cobertura de los funcionarios y los candidatos en los telediarios se da simultáneamente un énfasis en los sondeos de opinión como instrumentos fundamentales para representar en los medios la competencia entre ellos, la llamada "carrera de caballos".
2. Dramatización. Se refiere al tratamiento de la política como espectáculo o competición deportiva, apelando a las emociones y no la razón. Los candidatos, de esta forma, planean actividades pensadas específicamente para los medios, los llamados "pseudoeventos", ya que no existirían sin la presencia de los reporteros y las cámaras de televisión. También aceptan participar en programas cómicos o de variedades, con tal de llegar al público televisivo, aceptando las reglas del juego impuestas por esos géneros y sus productores.
3. Fragmentación. Consiste en la presentación de hechos y asuntos en forma de "información cápsula" ("sound bites" en su término en inglés), acorde al ritmo rápido exigido por los medios audiovisuales. Al igual que la personalización, esta característica genera descontextualización y falta de visión integral y estructural de los problemas, propiciando un énfasis en los "eventos", no en los "procesos".
Matices y desafíos:
1. No simplificar, dramatizar o trivializar para sobrevivir en el mundo de la información instantánea y fragmentada de la comunicación por red.
2. Proporcionar junto con la noticia, datos, pistas, consejos y explicaciones que le permita al lector tomar decisiones personales y obtener de ello un beneficio para la vida diaria.
3. Dar mayor atención e importancia a la sociedad civil. Centrarse mayoritariamente e fuentes gubernamentales y oficiales provoca la pérdida de interés y de credibilidad en un gran porcentaje de los lectores o los televidentes. La prensa debe verse a sí misma como un foro para la expresión de los intereses ciudadanos. Se trata de que el periodista iberoamericano contemporáneo se vea a sí mismo como agente, defensor y promotor del desarrollo social y comunitario.
Se trata de que el periodista voltee a ver a sus lectores y sus audiencias y los convierta en actores directos de la noticia, convirtiéndolos en fuentes, acudiendo a entrevistarlos, a investigar sus puntos de vista y opiniones, en lugar de dejarlos relegados en el papel de público pasivo.
4. Investigar sobre gustos y grados de satisfacción de lectores o televidentes, sobre lo que hay y lo que falta en contenidos. Así el medio obtendrá mayor penetración, aceptación y prestigio.
Conclusión del autor:
Observa que el periodismo ya no proporciona información y análisis para que los ciudadanos conozcan lo que sucede, sino que reproducen diálogos cifrados entre elites; que el periodismo debería prestar menos atención a los poderes políticos, el mercado y las celebridades, y voltear hacia su fuente de legitimidad y verdadera audiencia, la sociedad civil.
En cierta medida lo han hecho en las secciones no tradicionales, y han detectado los verdaderos intereses.
El periodismo, en particular el político, no está sirviendo actualmente para lo que ha sido su misión fundamental: proporcionar información y análisis a los ciudadanos para que estos conozcan lo que ocurre en su entorno y sepan cómo reaccionar adecuadamente a ello.¿Para qué debería de servir entonces? El periodismo, ya sea el electrónico o el impreso deberían prestar menos atención a los poderes de la política y el mercado, a las celebridades y los actores de la élite y voltear la mirada hacia donde está la fuente de su legitimidad y su verdadera audiencia: la sociedad civil. No se trata de rechaza todas las fórmulas y estrategias del infoentretenimiento y la ficción.
juliguerrero- Fecha de inscripción : 06/09/2012
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