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TRABAJO NUMERO 4- NATALINA RODRIGUEZ
Periodismo Civico :: General - Trabajos de alumnos 2012 - :: Trabajos Practicos N°4 (La libertad de...)
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TRABAJO NUMERO 4- NATALINA RODRIGUEZ
LA LIBERTAD DE PRENSA SIEMPRE AMENAZADA:
La legitimación del poder y libertad de expresión
Todo grupo organizado que aspire a durar genera algún tipo de poder. Toda sociedad estable requiere alguna forma de gobierno. Pero solo unos pocos han gobernado y han tenido acceso al poder. ¿Cómo se justifica que, siendo todos iguales, sea uno solo o unos pocos los que manden? ¿Cómo justificamos ese poder?
Encontramos tres respuestas a esa pregunta.
1) El poder nunca se justifica. Todo gobierno sería injusto, opresor.
2) El poder se justifica por el miedo. El Gobierno dispone de policía, cárceles y jueces, y quien infringe la ley se expone a un castigo.
3) El poder se justifica cuando es legítimo.
Esta última respuesta nos lleva a conceptualizar legitimidad, y para ello debemos distinguir dos momentos: el acceso y el ejercicio.
¿Cómo lograr que gobiernen los mejores, los más preparados y más honestos? no resulta sencillo determinar habilidades o destrezas que debe reunir el gobernante ideal.
Platón proponía en La República que gobernaran los más sabios, los filósofos. Pero añadía dos condiciones: debían renunciar a la familia y al patrimonio propio. Si no, la corrupción sería inevitable. Luego de su incursión en la práctica política, Platón concluye que sólo hay una manera de asegurar que el gobierno queda en manos de los mejores: la casualidad.
Para evitar que el poder caiga en manos de los más fuertes se han establecido diversas soluciones por ejemplo el sorteo de la magistratura en Atenas.
El objetivo es regular de una forma más o menos imparcial el acceso al poder.
Una vez que en virtud del procedimiento establecido el nuevo gobernante toma posesión se espera que trabaje, que dedique el tiempo y esfuerzo necesarios; y que sea justo.
Kant propone un triple criterio que debe satisfacer el gobernante que aspira a la justicia:
La libertad de expresión, la libertad de emigración y la libertad para cambiar las leyes. Nosotros nos enfocamos por la materia en la libertad de expresión. Dice que tenemos la obligación de obedecer sin reservas al soberano, pero ese deber va inseparablemente unido al derecho a criticarlo.
El secretismo o la evitación del debate pueden venir exigidos por los imperativos de la actualidad: surgen problemas, incluso crisis, que exigen una pronta solución. Sería contraproducente perder tiempo y energía en estériles debates, toda vez que resulta patente el afán obstruccionista de la oposición, más interesada en adquirir protagonismo y en desprestigiar al Gobierno que en solucionar los problemas del país. Al final, la pretendida eficacia se escuda en el hermetismo. Y cuando los medios se esfuerzan por arrojar transparencia sobre esa opaca acción de gobierno, se los descalifica con el socorrido expediente de “matar al mensajero”: ellos son los auténticos culpables de todos los males que aquejan al país. Con su “sesgada” manera de informar, estarían contribuyendo a enrarecer el clima social o se estarían convirtiendo simplemente en “tontos útiles” al servicio de los enemigos de la Patria.
Si, de modo convencional, aceptamos que la democracia se define como la celebración de elecciones libres a intervalos regulares, la libertad se refiere tanto a la posibilidad de elegir y ser elegido como a la de discutir sobre propuestas y candidatos. El libre debate y la consiguiente circulación de las opiniones constituyen la base para que los ciudadanos se informen debidamente sobre los asuntos de la esfera pública y puedan actuar de modo responsable.
Nuestra sociedad es una sociedad de la información y de los medios de comunicación masivos fenómeno comunicativo.
Podemos advertir una estrecha conexión con la comunicación y según el objetivo que cada uno se proponga existen tres tipos de comunicación: información, entretenimiento y persuasión. En la actualidad los medios de comunicación no son ni el espejo del acontecer social, ni el notario que se limita a levantar acta de lo que sucede. No están fuera de la sociedad, para poder analizarla y describirla con objetividad, sino que son unos actores sociales junto con muchos otros. Los “hechos puros” no existen, son en buena medida construcciones intelectuales.
El contenido transmitido por los medios es siempre el resultado de una selección, realizada a partir de criterios determinados y en un contexto previo que influye en la percepción e interpretación llevada a cabo por los comunicadores. Las fronteras entre información, entretenimiento y persuasión tienden a difuminarse.
¿La libertad de expresión está en peligro?
El panorama cambiaría si encontráramos un sector informativo dispuesto a resistir las presiones tanto políticas y económicas. Desde que existe la prensa independiente no conocemos otro escenario. La libertad de expresión es frágil, una conquista arrancada con mucho esfuerzo a los poderosos y nunca asegurada para siempre. Lo lamentable de la actual condición es que parte de los medios se presta al juego del poder; su alianza con políticos y empresarios, arruina su credibilidad y su prestigio. Podríamos hablar de un existente “complejo político-económico-mediático”. Como consecuencia la prensa tradicional pierde lectores de modo constante .La juventud no compra periódicos y se informa a través de otras fuentes. Cada vez más gente pasa más tiempo, de ocio y también de trabajo y de relaciones sociales. Los usuarios de la red, guiados por intereses compartidos, tienden a encontrarse y agruparse de modo espontáneo, de forma que colectivos con perfiles tan definidos como interesantes para las empresas están disponibles para acciones publicitarias impensables en los medios tradicionales.
El objetivo más importante para las empresas, la clave de su éxito –pero también de su misma supervivencia- es ahora acertar en ganarse la confianza de los clientes. “La empresa que no dialogue con los clientes, morirá”.
La generalización del recurso a la red origina rápidos y profundos cambios sociales. Se ha podido hablar así de “cibermovimientos sociales”. Las denominadas “adhocracias”: grupos de usuarios que aúnan fuerzas para el logro de objetivos compartidos. Por supuesto que la generalización del uso de la red tiene también su lado sombrío. La avalancha de mensajes amenaza con ahogarnos. Disponer de tanta cantidad de información, que resulta imposible de asimilar, provoca finamente un estado de notable desorientación. En la blogosfera hay demasiados reporteros y muy pocos editores. Es verdad que el acceso a la red da voz -y poder- a la ciudadanía, pero conviene recordar que internet no es un ámbito libre de dominio, especie de comunidad perfecta donde se haría realidad el ideal habermasiano de un discurso entre iguales. Se trata, por el contrario, de un ámbito perfectamente controlado. Además de la supervisión que lleva a cabo el poder político, hay que considerar el control realizado por las propias empresas que gestionan la red.
Todo orden social, toda elaboración estructural, es frágil por naturaleza. En cuanto los actores sociales dejan de esforzarse, se confían y bajan la guardia, la entropía gana terreno, el orden decae y reaparece el caos. Me parece que Argentina ha hecho aleccionadoras y trágicas experiencias a este respecto. Defender la libertad de expresión ayudará a evitar que se repitan en el futuro.
LOS MEDIOS COMO NUEVO ESPACIO PÚBLICO Y LOS COMUNICADORES COMO NUEVOS ACTORES POLÍTICOS.
Vivimos inmersos en una sociedad de desafección de los ciudadanos por la política y una desvalorización de los instrumentos institucionales de participación política entre los que se destaca a los partidos políticos. Se da un extraordinario desarrollo tecnológico de los medios de comunicación y una importancia creciente de los mismos en la sociedad y en la percepción ciudadana.
Podemos referirnos básicamente a 4 etapas según el texto:
1 El redescubrimiento de la democracia 1983 –87.
En donde Argentina inicia su proceso de recuperación o refundación democrática en 1983. Se vive una suerte de despertar político y de interés por lo político que se traduce en una presencia activa, interesada y dinámica del ciudadano en el espacio público .En este contexto los medios de comunicación estimulan la presencia ciudadana en el espacio público. Los partidos políticos demuestran una fuerte presencia pública y consiguientemente los ciudadanos todavía miran al escenario político con entusiasmo.
2 El enfrentamiento con las dificultades 1987.1995.
Enmarcado entre dos elecciones, la de gobernadores provinciales y renovación parcial de la cámara de diputados (1987) y la presidencial de 1995. En este periodo hubo cinco elecciones de gran importancia, además de las dos citadas, contabilizamos la presidencial del 89, las renovaciones del congreso del 91 y el 93, y la constituyente del 94. En la elección presidencial de 1989 los estilos de campaña serán de alto impacto mediático, la personalización de la campaña – es el candidato, no el partido el protagonista -, junto a la presencia casi obsesiva de la encuesta electoral, y el reducido mensaje de alto impacto mediático por ejemplo “Síganme. No los voy a defraudar”. Esta característica no desaparecerá, sino que por el contrario se irá profundizando, y continuará su marcha ascendente en el tercer periodo.
3 Continuidades y rupturas 1995. 2001
El periodo se enmarca entre una elección reelectiva y la más grave crisis institucional de la época democrática, que incluyó el retiro anticipado de Fernando de la Rúa. Hablamos de continuidades en primer lugar porque el formato altamente mediático de la política argentina, se mantiene y profundiza, incorporando nuevas adquisiciones. Crecimiento exponencial del Marketing Político. Destaco que en este período se produjo, entre otros, un hecho, que merece ser destacado por su alto impacto mediático .el primero es la creación del FREPASO, con un desempeño electoral significativo en 1995 y como parte de la Alianza ganadora en 1999. Acá nos encontramos con un verdadero ejemplo de Partido mediático, cuyo nacimiento, crecimiento y desaparición, mostró los logros y las debilidades de un emprendimiento de tal naturaleza.
4 Crisis y consecuencias 2001-2006
El período comienza con una crisis que se manifiesta como tengo dicho con la renuncia del presidente en medio de la llamada rebelión de las cacerolas y abarca la turbulenta transición que consumió tres presidentes, e incluyo el default más traumático de la historia de la república.
En esta etapa se presenta la desarticulación final del sistema de partidos en Argentina, proceso que comenzó a insinuarse en la derrota de la UCR en la elección de 1987 y que se fue acentuando en cada uno de los períodos posteriores. En este periodo además de mantenerse el tipo de escenario publico mediático y el rol de actor político de los medios, ambos se acentúan. En efecto la aparición de un nuevo estilo de presencia política, caracterizado por el” ganar la calle”, ya sea en forma de piquetes, manifestaciones y cacerolazos, hizo de los medios a actores privilegiados, porque sin ellos muy poca o ninguna trascendencia hubieran tenido estas formas de presencia pública.
La legitimación del poder y libertad de expresión
Todo grupo organizado que aspire a durar genera algún tipo de poder. Toda sociedad estable requiere alguna forma de gobierno. Pero solo unos pocos han gobernado y han tenido acceso al poder. ¿Cómo se justifica que, siendo todos iguales, sea uno solo o unos pocos los que manden? ¿Cómo justificamos ese poder?
Encontramos tres respuestas a esa pregunta.
1) El poder nunca se justifica. Todo gobierno sería injusto, opresor.
2) El poder se justifica por el miedo. El Gobierno dispone de policía, cárceles y jueces, y quien infringe la ley se expone a un castigo.
3) El poder se justifica cuando es legítimo.
Esta última respuesta nos lleva a conceptualizar legitimidad, y para ello debemos distinguir dos momentos: el acceso y el ejercicio.
¿Cómo lograr que gobiernen los mejores, los más preparados y más honestos? no resulta sencillo determinar habilidades o destrezas que debe reunir el gobernante ideal.
Platón proponía en La República que gobernaran los más sabios, los filósofos. Pero añadía dos condiciones: debían renunciar a la familia y al patrimonio propio. Si no, la corrupción sería inevitable. Luego de su incursión en la práctica política, Platón concluye que sólo hay una manera de asegurar que el gobierno queda en manos de los mejores: la casualidad.
Para evitar que el poder caiga en manos de los más fuertes se han establecido diversas soluciones por ejemplo el sorteo de la magistratura en Atenas.
El objetivo es regular de una forma más o menos imparcial el acceso al poder.
Una vez que en virtud del procedimiento establecido el nuevo gobernante toma posesión se espera que trabaje, que dedique el tiempo y esfuerzo necesarios; y que sea justo.
Kant propone un triple criterio que debe satisfacer el gobernante que aspira a la justicia:
La libertad de expresión, la libertad de emigración y la libertad para cambiar las leyes. Nosotros nos enfocamos por la materia en la libertad de expresión. Dice que tenemos la obligación de obedecer sin reservas al soberano, pero ese deber va inseparablemente unido al derecho a criticarlo.
El secretismo o la evitación del debate pueden venir exigidos por los imperativos de la actualidad: surgen problemas, incluso crisis, que exigen una pronta solución. Sería contraproducente perder tiempo y energía en estériles debates, toda vez que resulta patente el afán obstruccionista de la oposición, más interesada en adquirir protagonismo y en desprestigiar al Gobierno que en solucionar los problemas del país. Al final, la pretendida eficacia se escuda en el hermetismo. Y cuando los medios se esfuerzan por arrojar transparencia sobre esa opaca acción de gobierno, se los descalifica con el socorrido expediente de “matar al mensajero”: ellos son los auténticos culpables de todos los males que aquejan al país. Con su “sesgada” manera de informar, estarían contribuyendo a enrarecer el clima social o se estarían convirtiendo simplemente en “tontos útiles” al servicio de los enemigos de la Patria.
Si, de modo convencional, aceptamos que la democracia se define como la celebración de elecciones libres a intervalos regulares, la libertad se refiere tanto a la posibilidad de elegir y ser elegido como a la de discutir sobre propuestas y candidatos. El libre debate y la consiguiente circulación de las opiniones constituyen la base para que los ciudadanos se informen debidamente sobre los asuntos de la esfera pública y puedan actuar de modo responsable.
Nuestra sociedad es una sociedad de la información y de los medios de comunicación masivos fenómeno comunicativo.
Podemos advertir una estrecha conexión con la comunicación y según el objetivo que cada uno se proponga existen tres tipos de comunicación: información, entretenimiento y persuasión. En la actualidad los medios de comunicación no son ni el espejo del acontecer social, ni el notario que se limita a levantar acta de lo que sucede. No están fuera de la sociedad, para poder analizarla y describirla con objetividad, sino que son unos actores sociales junto con muchos otros. Los “hechos puros” no existen, son en buena medida construcciones intelectuales.
El contenido transmitido por los medios es siempre el resultado de una selección, realizada a partir de criterios determinados y en un contexto previo que influye en la percepción e interpretación llevada a cabo por los comunicadores. Las fronteras entre información, entretenimiento y persuasión tienden a difuminarse.
¿La libertad de expresión está en peligro?
El panorama cambiaría si encontráramos un sector informativo dispuesto a resistir las presiones tanto políticas y económicas. Desde que existe la prensa independiente no conocemos otro escenario. La libertad de expresión es frágil, una conquista arrancada con mucho esfuerzo a los poderosos y nunca asegurada para siempre. Lo lamentable de la actual condición es que parte de los medios se presta al juego del poder; su alianza con políticos y empresarios, arruina su credibilidad y su prestigio. Podríamos hablar de un existente “complejo político-económico-mediático”. Como consecuencia la prensa tradicional pierde lectores de modo constante .La juventud no compra periódicos y se informa a través de otras fuentes. Cada vez más gente pasa más tiempo, de ocio y también de trabajo y de relaciones sociales. Los usuarios de la red, guiados por intereses compartidos, tienden a encontrarse y agruparse de modo espontáneo, de forma que colectivos con perfiles tan definidos como interesantes para las empresas están disponibles para acciones publicitarias impensables en los medios tradicionales.
El objetivo más importante para las empresas, la clave de su éxito –pero también de su misma supervivencia- es ahora acertar en ganarse la confianza de los clientes. “La empresa que no dialogue con los clientes, morirá”.
La generalización del recurso a la red origina rápidos y profundos cambios sociales. Se ha podido hablar así de “cibermovimientos sociales”. Las denominadas “adhocracias”: grupos de usuarios que aúnan fuerzas para el logro de objetivos compartidos. Por supuesto que la generalización del uso de la red tiene también su lado sombrío. La avalancha de mensajes amenaza con ahogarnos. Disponer de tanta cantidad de información, que resulta imposible de asimilar, provoca finamente un estado de notable desorientación. En la blogosfera hay demasiados reporteros y muy pocos editores. Es verdad que el acceso a la red da voz -y poder- a la ciudadanía, pero conviene recordar que internet no es un ámbito libre de dominio, especie de comunidad perfecta donde se haría realidad el ideal habermasiano de un discurso entre iguales. Se trata, por el contrario, de un ámbito perfectamente controlado. Además de la supervisión que lleva a cabo el poder político, hay que considerar el control realizado por las propias empresas que gestionan la red.
Todo orden social, toda elaboración estructural, es frágil por naturaleza. En cuanto los actores sociales dejan de esforzarse, se confían y bajan la guardia, la entropía gana terreno, el orden decae y reaparece el caos. Me parece que Argentina ha hecho aleccionadoras y trágicas experiencias a este respecto. Defender la libertad de expresión ayudará a evitar que se repitan en el futuro.
LOS MEDIOS COMO NUEVO ESPACIO PÚBLICO Y LOS COMUNICADORES COMO NUEVOS ACTORES POLÍTICOS.
Vivimos inmersos en una sociedad de desafección de los ciudadanos por la política y una desvalorización de los instrumentos institucionales de participación política entre los que se destaca a los partidos políticos. Se da un extraordinario desarrollo tecnológico de los medios de comunicación y una importancia creciente de los mismos en la sociedad y en la percepción ciudadana.
Podemos referirnos básicamente a 4 etapas según el texto:
1 El redescubrimiento de la democracia 1983 –87.
En donde Argentina inicia su proceso de recuperación o refundación democrática en 1983. Se vive una suerte de despertar político y de interés por lo político que se traduce en una presencia activa, interesada y dinámica del ciudadano en el espacio público .En este contexto los medios de comunicación estimulan la presencia ciudadana en el espacio público. Los partidos políticos demuestran una fuerte presencia pública y consiguientemente los ciudadanos todavía miran al escenario político con entusiasmo.
2 El enfrentamiento con las dificultades 1987.1995.
Enmarcado entre dos elecciones, la de gobernadores provinciales y renovación parcial de la cámara de diputados (1987) y la presidencial de 1995. En este periodo hubo cinco elecciones de gran importancia, además de las dos citadas, contabilizamos la presidencial del 89, las renovaciones del congreso del 91 y el 93, y la constituyente del 94. En la elección presidencial de 1989 los estilos de campaña serán de alto impacto mediático, la personalización de la campaña – es el candidato, no el partido el protagonista -, junto a la presencia casi obsesiva de la encuesta electoral, y el reducido mensaje de alto impacto mediático por ejemplo “Síganme. No los voy a defraudar”. Esta característica no desaparecerá, sino que por el contrario se irá profundizando, y continuará su marcha ascendente en el tercer periodo.
3 Continuidades y rupturas 1995. 2001
El periodo se enmarca entre una elección reelectiva y la más grave crisis institucional de la época democrática, que incluyó el retiro anticipado de Fernando de la Rúa. Hablamos de continuidades en primer lugar porque el formato altamente mediático de la política argentina, se mantiene y profundiza, incorporando nuevas adquisiciones. Crecimiento exponencial del Marketing Político. Destaco que en este período se produjo, entre otros, un hecho, que merece ser destacado por su alto impacto mediático .el primero es la creación del FREPASO, con un desempeño electoral significativo en 1995 y como parte de la Alianza ganadora en 1999. Acá nos encontramos con un verdadero ejemplo de Partido mediático, cuyo nacimiento, crecimiento y desaparición, mostró los logros y las debilidades de un emprendimiento de tal naturaleza.
4 Crisis y consecuencias 2001-2006
El período comienza con una crisis que se manifiesta como tengo dicho con la renuncia del presidente en medio de la llamada rebelión de las cacerolas y abarca la turbulenta transición que consumió tres presidentes, e incluyo el default más traumático de la historia de la república.
En esta etapa se presenta la desarticulación final del sistema de partidos en Argentina, proceso que comenzó a insinuarse en la derrota de la UCR en la elección de 1987 y que se fue acentuando en cada uno de los períodos posteriores. En este periodo además de mantenerse el tipo de escenario publico mediático y el rol de actor político de los medios, ambos se acentúan. En efecto la aparición de un nuevo estilo de presencia política, caracterizado por el” ganar la calle”, ya sea en forma de piquetes, manifestaciones y cacerolazos, hizo de los medios a actores privilegiados, porque sin ellos muy poca o ninguna trascendencia hubieran tenido estas formas de presencia pública.
natalina rodriguez- Fecha de inscripción : 10/09/2012
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