Trabajo N º 4

La libertad de prensa se encuentra amenazada por diversos motivos, y a continuación se pasa a explicar por qué.
En primer lugar se puede hablar de un correlato entre “legitimación del poder, libertad de expresión y libertad de prensa”. El autor comienza con una relación entre los dos primeros.
Toda sociedad estable necesita de una forma de gobierno como forma de “poder” para poder durar en el tiempo. Desde tiempos remotos se puede observar, que en toda sociedad siempre existió uno o pocos gobernantes. Ahora bien, ¿Cómo se justifica que, siendo todos iguales, sea uno o pocos los que manden? Tenemos tres respuestas a este interrogante:
1) El poder nunca se justifica (planteamiento anarquista). Al ser una sociedad de iguales, nadie puede estar por encima de todos e imponer su voluntad. Sin embargo, el anarquista acepta que entre todos se puedan tomar decisiones (régimen de asamblea), y quien no esté conforme se puede separar del grupo.
2) El poder se justifica con el miedo (quien infringe la ley es sometido a castigo).
3) El poder se justifica cuando es legítimo. ¿Qué es legitimidad? Para explicarlo hay que hablar de dos momentos: el acceso y el ejercicio del poder. No es fácil la tarea de lograr que gobiernen los más honestos y preparados, es más, una vez que accedieron al poder, no es posible medir con exactitud el nivel de justicia en el desempeño de sus funciones. Es por esto que la filosofía política acudió a indicadores indirectos para medir la legitimidad del ejercicio del poder.
De este modo, Kant propone un triple criterio que debe satisfacer el gobernante que aspira a la justicia: libertad de expresión, libertad de emigración y la libertad de cambiar las leyes.
Hoy sin duda alguna, lo que está en peligro es la libertad de expresión. Kant decía que “Tenemos la obligación de obedecer sin reservas al soberano, pero ese deber va inseparablemente unido al derecho de criticarlo.” No existe tal correlato desde que se impide el debate, la crítica, y cualquier forma de “expresión de oposición” hacia el gobierno de turno.
Un Gobierno Democrático requiere del libre debate, libertad de expresión y de prensa para que los ciudadanos se informen acerca de los asuntos públicos y políticos.
En segundo lugar se hace hincapié en los medios de comunicación y la libertad de prensa. Las tres modalidades de comunicación han perdido sus fronteras. Estamos hablando de la información, entretenimiento y persuasión, cuyos límites se han difuminado para lograr atraer a un mayor número de espectadores. Asistimos a lo que se denomina “espectacularización del periodismo”.
La imparcialidad se perdió desde que los medios de comunicación (hoy masivos) se alinearon con el poder político. De esta manera a cambio de contratos de cifras considerables, se priva de información a la sociedad de aquello que el Gobierno desea ocultar. Esto es limitación a la libertad de prensa, y que trae como consecuencia una reducción de la capacidad de expresión de la ciudadanía.

Ante la falta de vigencia del principio republicano de publicidad de los actos de gobierno, y la falta de libertad de prensa, indirectamente se esta afectado a la libertad de expresion de los ciudadanos. Esto es lo que ocurre en Argentina. El Gobierno solo hace una propaganda oficial y no cumple con el principio republicano mencionado (índices distorsionados del INDEC).
Es muy difícil que la prensa no sea objetiva. Esto no es un déficit de los países Latinoamericanos solamente, sino que es latente en los países del Primer Mundo como Francia, Reino Unido y España, por nombrar algunos.

Facundo Perez